Cuando todo acabe todo acabará. 2da edición, Bogotá.

La relación entre cuerpos, territorio y terror produce un efecto de forcejeo y puja, de extrema vulnerabilidad que Ana Arzoumanian repite en su deliberada confusión de fronteras, en una inestabilidad semántica que conmueve al lenguaje hasta la mutilación. Frente al silencio y la detención el texto se exalta; ante la ausencia, la intensidad erótica festeja su puesta en escena contra la mecánica de la producción.